LA LUNA EN VIRGO

La Luna bien aspectada en Virgo puede indicar timidez y mucha reserva, pero también mucho servicio. No suele gustar de imponerse y puede tener cierto complejo de inferioridad. Suele ser tranquilo, pacífico, humilde y modesto. Muy prudente y algo miedoso, temeroso de asumir grandes responsabilidades, tiene grandes cualidades para trabajo subalterno y no tanto para dirigir a los demás. Da importancia al confort, la seguridad, la higiene y la dietética.

Gran sentido práctico en general y mucho ingenio. La Luna en Virgo mal aspectada puede ser extremadamente tímida, muy inquieta, nerviosa y con un gran complejo de inferioridad. Parece no tener ambiciones y puede ser demasiado servil. Su inteligencia es brillante pero puede usarse mal debido a que se anda por las ramas demasiado e imagina dificultades allí donde no las hay. Puede venirse abajo con facilidad por cuestiones sin importancia. Posible tendencia a problemas de asimilación y desarreglos intestinales.

Las preocupaciones suelen venir de enfermedades totalmente imaginarias. Como siempre, darse cuenta de los mecanismos de la Luna, tomar consciencia, hace posible que el yo consciente pueda tomar las riendas y hacer que estas pautas de búsqueda de seguridad y tranquilidad emocionales, muchas veces de forma inconsciente, se conviertan en talentos conscientes y en una especie de mochila de viaje para afrontar las dificultades que surjan en el día a día. La Luna es uno de los principales indicadores de la carta natal de la capacidad de supervivencia y no podemos desecharla.